Las pérgolas son estructuras que generan espacios, exteriores o interiores, de usos múltiples y adaptables a nuestra necesidad.
Nos permiten disfrutar del aire libre y del paisaje, creando un espacio techado, semicubierto o sombreado que permite protegernos de los rayos del sol o de la lluvia.
Deben estar construidas con maderas naturalmente resistentes a la intemperie. Son ideales para este propósito maderas tropicales que posean buenos rangos de durabilidad y estabilidad como lapacho, incienso, curupay, cumarú, angelim u otras similares.
Las pérgolas están compuestas por columnas vinculadas por vigas y cabios que apoyan en éstas. Pueden rematar ocasionalmente con un enlistonado cortasol que, colocado sobre los cabios, graduará la sombra en base a la mayor o menor separación de los listones. La separación de los cabios oscila entre 40 cm y 60 cm, mientras que la del cortasol puede variar entre los 2 cm y 5 cm.